¡Ya es 30 de septiembre!

«¡Ya es 30 de septiembre! El día amanece lleno de alegría, ¡por fin ha llegado la fecha tan esperada de nuestro aniversario!  Han pasado ya 200 años desde aquel lejano día en Lyon, en el que el P. André Coindre, junto a otros hermanos, diera comienzo a una maravillosa aventura: la fundación de los hermanos del Sagrado Corazón, con la vocación puesta en la educación de los más desfavorecidos.

  Jóvenes presos en las atiborradas cárceles, niñas y niños abandonados por las calles; aquellos serían los primeros alumnos que, con el tiempo, darían lugar a la hermosa realidad que tenemos hoy. La capilla de Nuestra Señora de Fourvière acogía el nacimiento del Instituto, gracias a un P. Coindre que se dejó conmover por las dos niñas desvalidas, refugiadas bajo el porche de la iglesia de Saint-Nizier. 

Esta sigue siendo hoy una de nuestras señas de identidad: somos sensibles a la realidad de nuestro entorno y queremos transformarla, aportando todo aquello que está en nuestras manos.

Un bicentenario es un buen momento para ver quiénes somos. La primera sorpresa de éste 30 de septiembre es la proyección del vídeo grabado unos días antes, en el que alumnos y profesores al completo formamos un número 200 en el patio, el logo de la efeméride. La imagen, a vista de dron, es espectacular y emocionante. Espontáneamente rompemos a aplaudir, mientras intentamos distinguir en la imagen dónde está situada cada clase.

  Por la tarde, la fiesta continúa con diversas actuaciones mágicas, en el patio y en el salón de actos, que harán las delicias de los alumnos. Es de apreciar y agradecer la chocolatada con churros, de los clásicos, que obsequia el Colegio tanto a los alumnos como a los profesores

Hemos prolongado la celebración el viernes 1 de octubre. Las clases de alumnos van saliendo del Colegio en dirección a la estación de los ferrocarriles de Sarriá que nos llevarán a la Plaza de Cataluña ,  camino de la  Basílica de Santa María del Mar. Allí celebramos una solemne Eucaristía de acción de gracias con toda la comunidad educativa, excepto los alumnos más pequeños, desde 3º de Primaria, que permanecen en el Colegio.

La basílica es imponente y de una gran belleza. Ocupamos la nave central, y nos damos cuenta de que pocas veces hemos estado todos juntos en un mismo lugar. Resuena por los altavoces el himno del Bicentenario, y las voces de los alumnos se unen a él. El rector de Santa María del Mar se sonríe: “¡Están cantando!”. Seguidamente el H. Enrique, como director titular, da inicio a la Eucaristía con la lectura de una carta dirigida a todos los Corazonistas. Mientras, el coro de padres y los excelentes músicos que los acompañan se preparan para el primer canto que ambientará la ceremonia. Tras la comunión, Andrea y Olvido nos regalan, con sus violines, una emotiva pieza musical.

Desde el altar se puede disfrutar de una vista y un momento privilegiados: el conjunto de alumnos, profesores, padres de alumnos y Hermanos del Sagrado Corazón reunidos, como comunidad educativa,  bajo la mirada de Santa María del Mar.  Se desprende un espíritu muy especial, que lo envuelve todo.

Preside la Eucaristía el sr. Obispo Javier Vilanova y concelebran varios antiguos alumnos sacerdotes. Algunos alumnos participan de manera especial con las lecturas, la oración de los fieles, la presentación de las ofrendas.

Destacamos algunas ideas de la sentida homilía  del sr. Obispo: “Lo primero que quiero expresar es FELICIDADES, felicidades por estos 200 años que los Hermanos del Sagrado Corazón, los de antes y los de ahora, se han entregado, con la fuerza que les da el Corazón de Jesús a la tarea de la educación cristiana de los niños y los jóvenes como quería su Fundador”.

“Y en esta educación habéis producido muchos frutos; voy a destacar en especial dos que  me han llamado la atención en vuestro Colegio; lo conozco bastante ya que lo ha visitado en varias ocasiones: que os dedicáis a FORMAR personas y que vivís en familia, que entre todos formáis una familia, se siente  la unidad, se siente la familia.

“Cuando he entrado en la Basílica he visto los ojos de los jóvenes, de los niños, de este Colegio; en esos ojos he visto vida, he visto corazón, un corazón vivo, unas ganas de vivir con ilusión, con amor. En el corazón hay vida, hay amor,  hay vida en el corazón de los Hermanos, hay vida en el corazón de los profesores, hay vida en el corazón de los alumnos y hay vida también en el corazón de vuestros padres a los que tenéis mucho que agradecer. Cristo dijo que había venido a traer fuego a la tierra; para encender ese fuego, ese amor en la tierra, hace falta una chispa y esa chispa está en vuestro corazón animado por el amor del Corazón de Jesús”.

“Tampoco nos tiene que faltar la ayuda de la Virgen, la Virgen de Fourvière a la que vais a  consagrar vuestro Colegio; y Santa María del Mar bajo cuya mirada estamos celebrando esta Eucaristía”.

   Después de la Comunión se presenta el icono de la Virgen de Fourvière, que entra en procesión desde el fondo de la iglesia, mientras se lee la consagración de la comunidad educativa a nuestra Señora de Fourvière. Y al acabar el rito de despedida con la bendición solemne  se entona el himno del Instituto: Animés de l’amour.

Para los alumnos de Primaria y los de 1º y 2º de ESO que han participado en la Eucaristía se  les ha preparado una sorpresa: una vez vivida y celebrada la parte espiritual, para terminar bien el día y para que guarden   un recuerdo muy especial del Bicentenario, se van a dar un paseo por el mar y la zona costera de la ciudad  en “Las Golondrinas”.

El día ha sido inolvidable, y nos deja un gran aprendizaje:

La confianza obra pequeños milagros. Hemos crecido como personas y como comunidad. Estamos ahora más unidos y tenemos aún más ilusión para seguir construyendo juntos. ¡Feliz Bicentenario!»