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(Papás de dos exalumnos de 20, 18 años y de un alumno de la ESO):

Nuestros tres hijos han estudiado en Corazonistas: dos de ellos están ya en la Universidad y uno todavía en el colegio. Y sólo tenemos buenas palabras.

Es un colegio donde no se conforman sólo con apostar por la optimización académica, sino que se busca un equilibrio con los valores de la persona, de manera que consiguen cumplir con un proyecto de educación integral real. Un colegio próximo, cercano, familiar, donde nuestros hijos, los que ya están fuera, siguen volviendo y mantienen como punto de encuentro con sus amigos de la escuela (un partidito de fútbol, una charla con algún antiguo profesor), porque lo siguen sintiendo como su hogar.

Es verdaderamente reconfortante ver cómo su colegio es y sigue siendo un buen referente para ellos.